TRADICIÓN NGÖBE (RELATO SOBRE EL ORIGEN DEL UNIVERSO)

La primera casa construida en el mundo
Territorio Ngäbe de Alto Laguna Osa


El relato del origen del universo según la tradición Ngöbe es muy interesante, no solamente por su contenido religioso, sino porque toma en cuenta aspectos que son familiares para nuestra cultura occidental latinoamericana, relacionados con hechos y acontecimientos naturales que se encuentran vinculados a un cierto orden establecido. La relación que tienen los pueblos indígenas con la naturaleza es supremamente importante ya que a partir de ella se organiza su propia vida, desde la alimentación hasta los ritos ceremoniales, las creencias y las tradiciones. De hecho, todas estas culturas ancestrales han creado relatos en donde se integran elementos simbólicos que son representativos de los distintos grupos o etnias y en cuya comprensión se reconocen aspectos fundamentales que brinda sentido y significado a su modo de ver el mundo.

Este tipo de relatos nos permite conocer ese mundo espiritual y mítico, esa cosmogonía y cosmovisión basada en la fe de que todo fue creado en el universo por un Dios, quien les envió deidades buenas y malas; es la visión espiritual de ver y concebir el mundo, donde viven los seres humanos, que se interrelacionan con la naturaleza, según las creencias míticas y espirituales, para comprenderlo a su vez es esas relaciones que la sustentan; se basa en la existencia de un mundo natural, constituido por los animales, las montañas, las plantas, los árboles, los ríos, entre otros y un mundo sobrenatural, que es lo mítico.


El relato de “la primera casa construida en el mundo” presenta una armoniosa relación de la naturaleza con Ngöbö, el Dios creador, cuya materia prima para crear a los seres humanos es el maíz (alimento básico para los indígenas), y en cuyo proceso manifiesta un fehaciente anhelo por brindarles una casa para que reposen y sean fecundos. A tenor del relato se van tejiendo los diferentes aspectos que son vitales para que el maíz se desarrolle de la manera adecuada; es decir, que el ser humano, siendo creación de Dios, necesita de los elementos naturales, no solamente para subsistir y ser fecundos, sino para armonizar su vida y poder incorporarse al orden creado.

De manera curiosa cada parte del relato donde el dios creador intenta dar un paso más en el proceso, alguno de los personajes relacionados interfiere, se rehúsa o rehúye al mismo, dejando de alguna manera inconclusa la obra comenzada: “…Así fue que cuando Ibitu encontró el chicheme se lo amarró en su cuello para traerlo. De nuevo en la tierra, sembraron chicheme en el corazón de la casa que es el centro. Sucedió que vino otra persona y se llevó el chicheme al norte…” (p. 8). No obstante, como la narración es cíclica, se concluyen los momentos de una manera prodigiosa, pero a la vez sencilla y muy ligado con los fenómenos naturales que componen la cosmovisión de los indígenas. 


Referencia: Historias de los Tiempos Antiguos: Territorios Indígenas Ngäbe de Costa Rica/Ofelia Rodríguez.../et al./. ed. San José, C.R. 2001.

1 comentario:

  1. El cristianismo debió interesarse por esta y todas las tradiciones ancestrales, en realidad nunca lo hizo. La historia, al menos, debe reconocer la diversidad de cosmovisiones de los pueblos originarios.

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