HISTORIA DEL PROTESTANTISMO EN COSTA RICA

"Coincidían los misioneros evangélicos en que Costa Rica es un campo duro. También los mismos nacionales son conscientes de esta dificultad. Un destacado lego evangélico costarricense le dijo al que escribe: Si se juntan dos ingleses o dos norteamericanos hay una organización; si se juntan dos ticos; hay un pleito" (p. 9). 

Se podría afirmar que antes de 1941 no existía una división de las denominaciones religiosas distintas a la Iglesia Católica. Para tal efecto se reconocía una sola familia conocida como los evangélicos, con unas características particulares y con una expresividad social tal vez un poco discreta en comparación a nuestros días.

No obstante, debido a la enorme influencia del protestantismo pentecostal proveniente de los Estados Unidos, se reconocen en nuestro país, en los años 60´s al menos cuatro congregaciones bautistas y unas cinco pentecostales, para luego crecer exponencialmente en las siguientes décadas. 


La Iglesia Santa Pentecostal 1918

Los fundadores del movimiento pentecostal en nuestro país fueron la pareja James Hare y su esposa en 1918. Pero no fue sino hasta 1926 donde compraron una propiedad en la ciudad de Cartago, pero la misma fue utilizada en la labor misionera por Carrie Zeisloft en 1930 por un periodo de 8 años, tiempo en que se dedicó a la distribución de literatura, la enfermería, las clases de costura y celebración del culto donde su función era de predicadora. Es una labor pequeña, pero son los surcos que irían preparando la tierra para la llegada de posteriores misioneros que extenderían esta forma de creencia cristiana.

Así mismo, en 1933 Amós Bradley, quien había sido un misionero independiente en Guatemala y el Salvador en 1908, quien separado de la predicadora Zeisloft, trabaja de manera intermitente y fundó algunos grupos en San José y alrededores.

Pero en 1955 con la llegada de Juan Parker enviado por la Junta Misionera de la Iglesia Santa Pentecostal y a quien se le nombraría superintendente de la Misión en Costa Rica, la obra pentecostal comenzó a crecer al punto de llegar a tener en 1974, un total de 1104 miembros.

Las Asambleas de Dios 1942

En 1942 llegan a San José Lawrence Perrault y su familia quienes establecieron dos misiones. Esta propuesta evangélica llegó con un sello de superioridad sobre las demás denominaciones, pues aseguraba que Dios podía hacer muchas más cosas por quienes siguiesen su doctrina que por aquellos que se congregasen en otras iglesias (p. 271). Este tipo de pensamiento fue generando discordias entre las iglesias evangélicas y las pentecostales, hasta que poco a poco y con la llegada de misioneros más conciliadores gestaron y fundaron la Alianza Evangélica Costarricense en 1950, donde uno de sus fundadores fue precisamente un miembro de las Asambleas de Dios.

En 1952 se celebró una conferencia anual con la representación de tres lugares únicamente: San José, Alajuela y San Isidro. De este modo, y tras una serie de inconvenientes, dentro de los que se destaca la falta de pastores naciones y las pocas fundaciones, se formó un ministerio nacional en 1953, junto con el establecimiento de un instituto bíblico, por parte de David Kensinger y su esposa. La primera sesión del instituto se efectuó en la Iglesia de San José con 16 alumnos. Este instituto se convertiría en el espacio de formación y de preparación de obreros para la obra, la que vería su época de mayor crecimiento en la década de los setenta (p. 273).


Como rasgo característico de las Iglesias evangélicas, es en la década de los setenta cuando las Asambleas de Dios tuvieron un crecimiento vertiginoso en nuestro país. Siendo que en 1953 tenían únicamente 189 miembros, en la década mencionada lograron expandir sus miembros a un total de 4492, convirtiéndose así en una de las congregaciones con más prosélitos del país, después de los adventistas (p. 273). 

Por supuesto que es admirable el trabajo misionero que fueron desarrollando, el cual se vio redituado en tal crecimiento y que se atribuye a diversos factores, de los cuales se destacan: las campañas de sanidad que consistían en ampliar en sectores estratégicos del país, jornadas de oración de sanidad y de profetismo, inspiradas por el Espíritu Santo y que permite reunir a un número considerable de personas.

También comenzaron a utilizar la llamada “catedral de aire” que era una enorme lona inflada como un globo y que daba cabida a unas 3000 personas aproximadamente. Se puede mencionar como otro factor la labor que realizaba el Instituto Bíblico.

Iglesia de Dios 1937


Su origen en Costa Rica fue en Limón en el año de 1937 y reunió a una pequeña población de habla inglesa. Más adelante, en 1950 con Noel de Souza, misionero panameño, se iniciaron labores con la población de habla hispana y fundó la Iglesia el 16 de abril de 1951. Su labor misionera se caracterizó por un intenso proselitismo y por una propuesta pentecostalista un tanto extrema, con un tinte escandaloso y muy histriónico. Para el año de 1978 la congregación tenía unos 2100 miembros distribuidos en 48 iglesias y 17 misiones.  

Iglesia del Evangelio Cuadrangular 1953


Con un gran trabajo misionero desde Panamá, esta congregación inicia su obra en nuestro país en 1953 con la llegada de tres misioneras y de Maurice Tolle y su esposa. Como los demás proyectos misioneros evangélicos, esta obra busca extenderse por lugares estratégicos del país y no es sino hasta 1955 que Maurice comenzó una obra en San José que con el tiempo prosperó. Así mismo, su crecimiento ha sido bastante bueno sobre todo en la zona sur, debido a su activismo evangélico. La población que se ha adherido a esta propuesta evangélica llegó, en 1978, a 2905 miembros.

Doctrina y Práctica de los Pentecostales


Las Iglesias pentecostales tienen dos doctrinas: la primera es la “sanidad divina” y la segunda “el bautismo en el Espíritu Santo”. Estas doctrinas los diferencian de las demás denominaciones evangélicas. Tanto la sanidad (como un milagro de Dios) como los bautismos en el Espíritu son consignados estadísticamente y forman parte de los informes que las diferentes iglesias hacen llegar a sus superiores. Al parece esto da cuenta de la eficacia de la agrupación local y de la atención a sus fieles.

Tanto la sanidad como el perdón de los pecados están imbricados en su doctrina, ya que entienden y predican que Cristo murió expiatoriamente tanto por nuestros pecados como para sanar nuestras enfermedades y que estas dos bendiciones se obtienen únicamente por medio de la fe en Cristo. Este argumentación religiosa motivó en varias ocasiones a realizar eventos masivos de sanación que no pudieron llevarse a cabo debido a que rompían protocolos y tenían como trasfondo algo más un espectáculo público que un evento netamente religioso, tal como sucedió en 1952 con el sanador de fama internacional T.L. Osborn. No obstante, a partir de 1974 se fueron desarrollando famosas campañas de sanación en algunos lugares públicos de San José, con asistencia masiva y con menos controles por parte del Gobierno de turno (p. 279).

La influencia pentecostal ha sido clara sobre la comunidad evangélica de nuestro país. El crecimiento que se ha venido dando en los últimos años de dicha comunidad ha sido gracias al auge del pentecostalismo y sus múltiples ofertas religiosas. Sus adeptos han llegado a formar el 45% de la población evangélica y su doctrina también ha llegado a formar parte de la vivencia de muchas otras agrupaciones protestantes.


También se ha visto en estas últimas décadas en nuestro país un auge de movimientos llamados neopentecostales que han llamado la atención de un grupo grande de personas debido a su folclórico estilo de predicación, a ofertar una doctrina del bautismo en el Espíritu Santo como experiencia posterior a la conversión y hacen énfasis en la sanidad divina (p. 280). Estos movimientos fueron muy visibilizados a nivel social debido a que tuvieron un protagonismo importante en la pasada campaña electoral en el 2018, ya que uno de sus candidatos desarrolló su propuesta de campaña en un andamiaje religioso netamente neopentecostal desde donde puso sobre la mesa temas álgidos como la ideología de género, la familia, el aborto, entre otros. 

Los Bautistas 




Cerca del año de 1940 es que se tiene noticia de la participación de costarricenses en esta congregación. Esto quiere decir que desde ya mucho antes había presencia bautista en nuestras tierras y era considerado un movimiento evangélico influyente. Su doctrina está centrada en el bautismo (únicamente de creyentes, no de niños) de quienes abrazan la fe en Jesucristo. Según estas enseñanzas aquellas iglesias cuya práctica bautismal redunde en el bautismo de los niños se encuentran en error y no están debidamente constituidas; se puede decir que tanto su ministerio como sus sacramentos son inválidos.

En este orden de cosas, los bautistas denominados del sur, se reconocen así mismos como la única Iglesia en sucesión apostólica directa. Esto parte de un argumento que se llama landmarkism, que es una forma extremista de los principios bautistas y que fue el argumento que generó el cisma de 1941, el cual fue un duro golpe para la Misión Centroamericana. De esta ruptura surgió un nuevo grupo el cual se llamó “Iglesia Evangélica Nacional”.

El movimiento bautista se fue extendiendo en el territorio nacional fuera de San José. En 1946 ya tenían una iglesia organizada en Alajuela. Fundaron una misión en Naranjo. En abril de 1947 se celebró la primera convención bautista costarricense con mensajeros de san José, Limón, Naranjo y Moravia. Las relaciones con las demás denominaciones protestantes comenzaron a mejorar a partir de 1948, con la llegada del misionero Van Earl Hughes quien, por su corte liberal propuso nuevas ideas a diferencia de sus antecesores Bell y Gutiérrez. Pero para 1951 se fundó el Instituto Teológico Bautista. 


Con la llegada de los bautistas bíblicos al país en 1958 el movimiento bautista tomaría un nuevo impulso en su trabajo pastoral. Pero no es sino hasta 1974 que dan un salto cualitativo en su misión con cinco iglesias y un trabajo en expansión. Todo esto fue acompañado de un crecimiento bastante importante en cuanto a fieles lo que la colocaría entre las agrupaciones evangélicas más grandes de nuestro país. En 1978 tenía 2950 miembros, número que le daba una ventaja considerable sobre otras agrupaciones bautistas del país. En 1980 fundan su propio seminario denominado “Seminario Bíblico Bautista”, ubicado en Hatillo, San José (p. 291).  

Referencia: Historia del Protestantismo en Costa Rica/Wilton Nelson/IINDEF. 1983.

1 comentario:

  1. Del 10 al 20 de febrero de 1916 se celebró en Panamá un importante congreso misionero protestante por el que se considera a las Américas tierra de misión y se inicia un nuevo periodo histórico del cristianismo.

    ResponderEliminar